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viernes, 31 de agosto de 2012

{ Amar es como la droga }


Muchas veces identifico los amores con las drogas. Ya sé que dicho así, de sopetón, suena un poco brusco; pero, si nos fijamos bien se parecen bastante.

Por algunas personas, por ejemplo, sólo sentimos la atracción física. Estas, las "utilizamos" o mantenemos una relación con ellas de placer; sin preocuparnos de las consecuencias, pues tenemos las ideas claras de que ambas partes somos libres. Suelen ser: como mucho un par de veces y por diversión. Es el caso de ciertas drogas que no producen ninguna adicción por tomarlas una o dos veces, y que tampoco las tomas porque las necesites, sino porque te apetece.
Por el otro lado, también tenemos a aquellas personas que nos gustan más que físicamente. Amamos la personalidad de los cuales, y nos sentimos cómodos entre ellos. Este estado puede producirse antes de probarlos o después de haberlos probado, es decir, mantenido algún tipo de relación. Lo más probable suele ser la segunda opción. Y si vamos a la comparación con las drogas, suele pasar lo mismo. Si cogemos como ejemplo el tabaco, al principio no gusta tanto, pero después de haberlo probado varias veces, el cuerpo empieza a pedir y se siente una sensación de placer o de relajación al fumar. Como todos los seres humanos, una vez que se haya catado algo que gusta, se intenta volver a hacerlo y así, poco a poco se convierte en adicción, ya que el cerebro o el cuerpo lo vuelve a pedir. Esto también se da en ambos casos: en el del amor y en el de las drogas.
Y no solo a la hora de engancharse a algo. Yo creo que el amor se parece aun más a las drogas a la hora de dejar una relación, o dejar los estupefacientes. El amor puede convertirse en una dependencia bastante fuerte en algunos casos, como lo son las drogas. Lo más difícil es dejar la costumbre misma. El salir a la calle y encenderse un cigarro o el llegar a casa y llamar a esa persona tan especial para mantener largas charlas por teléfono. Eso es lo que más cuesta dejar, el hábito mismo.

Por lo tanto, a lo mejor aun sonará un poco disparatada esta idea, pero el amor me parece una droga. Y puede que en ciertos casos, la droga más fuerte que puede existir. Cuida a quien quieres...






Mi opinión:


"Amar es como una droga. Al principio hay una sensación de euforia, de entrega total. Después, al día siguiente quieres más. Todavía no te has enviciado, pero te ha gustado la sensación, y te parece que puedes mantenerla bajo control. Piensas en la persona amada durante dos minutos y la olvidas durante tres horas.
Pero al poco tiempo te acostumbras a esa persona, y pasas a depender totalmente de ella. Entonces piensas en ella durante tres horas y la olvidas durante dos minutos. Si no está cerca, experimentas las mismas sensaciones que los viciosos cuando no consiguen droga. En ese momento, así como los viciosos roban y se humillan para conseguir lo que necesitan, tú estás dispuesto a hacer cualquier cosa por el amor."